Fear of the Unknown: El proyecto de la Bruja de Blair
- Ángela Souto
- 13 oct 2019
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 14 oct 2019
El martes pasado empezó el mes de octubre, la llamada spooky season en los países anglosajones por ser el mes en el que se celebra Halloween. Aunque aquí el Halloween no es tradición, tenemos suerte de que en Galicia sí lo es el Samaín y el Magosto, por lo que octubre adquiere una estética propia y característica, así como diciembre por la Navidad. Como honor a esta celebración, me gustaría comentar este mes películas de estética spooky (espeluznante) o consideraras de terror y horror.
Y como modo de apertura de estas publicaciones, hoy os traigo El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project), que este enero cumplió 20 años desde su lanzamiento. El proyecto de la bruja de Blair es un largometraje independiente estadounidense de terror psicológico de 1999, escrito y dirigido por Daniel Myrick y Eduardo Sánchez. Los directores escribieron un esbozo de lo que sería el guión de la película mientras eran estudiantes de cine en 1993. Más tarde, escribirían el guión final, que se trata de 35 páginas explicando la leyenda de la Bruja de Blair y los hechos siniestros que envuelven al pueblo ficticio de Blair (situado donde se encuentra el pueblo de Burkittsville). No hay diálogos establecidos, por lo que los actores improvisaron la mayoría de los diálogos de la película, algo que dotó de gran realismo al filme.

Se considera película de culto en el género y uno de los máximos exponentes del falso documental y del metraje encontrado, pudiendo considerarse a Holocausto Caníbal la primera película y precursora de este género. Cabe destacar que El proyecto de la Bruja de Blair es la película más exitosa de la historia en relación inversión/ganancias. La película contó con un presupuesto de 22.500 dólares y recaudó 248,6 millones de dólares, algo impensable para todo el equipo por lo diferente que era la cinta, tanto en la manera de grabación, como en la estética y el contenido. Este éxito fue gracias a, entre otras cosas, la manera de publicitar el filme, que hizo que la película ya se convirtiera en un fenómeno antes de su estreno. Lo principal fue que crearon una página web a modo de plataforma como proyecto de investigación sobre lo sucedido: Tres estudiantes de cine, Heather, Mike y Josh, se adentraron en octubre de 1994 en los bosques de Maryland para grabar un documental sobre la leyenda de Elly Kedward, una mujer acusada de brujería y asesinada por ello en 1785 y a la cual los habitantes de Blair acusan de ser la razón de los eventos paranormales que les sucedieron en los siguientes 200 años. Heather, Mike y Josh desaparecen y nunca regresan de los bosques. El vídeo que grabaron fue recuperado un año después, y sirvió de prueba para respaldar esta leyenda perturbadora.
El revuelo, la intriga y el escepticismo que provocó la cinta en la gente fue exagerado aún más gracias a la aparición de Internet. La gente empezó a preguntarse si la historia era real o no, incluso le llegaron cartas de condolencias a los familiares de los actores. Ya antes del lanzamiento del filme, se extendió la historia como real, siendo la página web uno de los principales motivos de esto, ya que se presentaba como investigación de un caso veraz. Además, los directores prohibieron que se hicieran entrevistas a los actores (que usaron sus nombres reales para la película), ya que debían mantenerse alejados del ojo público. Y así, la gente fue a ver la película creyendo que lo que iban a ver era cierto, que todo lo sucedido pasó y que el filme era la prueba de ello. Y al salir de las salas de cine, esta creencia se vio aún más respaldada.
Obviamente, todo esto fue ficticio, resultado de, no sólo una buena producción independiente, sino de una buena estrategia de marketing que supo vender a la perfección este novedoso filme gracias al misterio que provocaba y al morbo de querer saber más. Este era el objetivo de Myrick y Sánchez; plantar la duda en la gente y que aún después de ver la película la siguieran manteniendo. “La principal instrucción que establecimos fue que la película debía lucir completamente real”, dijo Eduardo Sánchez. “La iluminación debía lucir real y el sonido no debía ser muy limpio”, continuó. “Tampoco convenía tener banda sonora. Solo presentaríamos los vídeos editados”. El objetivo era el realismo.
Respecto al rodaje, el filme fue rodado cámara en mano con los formatos de cámara de 16 milímetros y de Hi8 por uno de los actores principales, Joshua Leonard, algo muy vistoso, ya que no era una técnica muy utilizada, y que dotó al filme de un gran realismo que no se podría haber conseguido de otra manera. Del sonido se encargó su compañero de reparto Heather Donahue. No había mucho atrezo más allá de los muñecos vudús de la Bruja que aparecen en la cinta, la ropa y accesorios, y las cámaras, que en sí son elementos técnicos del rodaje. Un dato curioso es que en los muñecos vudús había dientes humanos reales, proporcionados por el dentista de Sánchez. Tampoco hay iluminación extra ni música, porque, como ya cité antes, lo importante era que pareciese real, algo que desde luego consiguieron. Con todo esto también lograron una estética siniestra y sombría; muy cruda y directa.
Y durante los 8 días que duró el rodaje, para darle a la película aún más realismo, el equipo proporcionaba cada vez menos comida a los actores para potenciar el agotamiento, las discusiones entre ellos, etc. También se entrometían para crear reacciones reales: en una ocasión les dieron falsas indicaciones a los actores, dando resultado a una de las escenas en las que los personajes se desesperan porque llevaban caminando en círculos todo el tiempo, siendo esta desesperación real. Este inusual método de grabación, en el que los actores debían permanecer en todo momento dentro del personaje, fue otra de las características con las que consiguieron que la película pareciera real. Y tal llegó a ser la desesperación de los actores, que tuvieron que buscar una palabra clave (taco) para cuando querían salir del personaje porque ya no aguantaban más. Y teniendo en cuenta a la presión y agotamiento al que estaban sometidos, que la mayoría de los diálogos y escenas eran improvisadas y sólo unas pocas estaban fijadas en el guión y que el rodaje duró sólo 8 días, el trabajo de los actores fue más que sobresaliente. De hecho, una de las escenas más icónicas de la película, en la que Heather se graba llorando y disculpándose a sus familiares, fue improvisación de la actriz y resultado del agotamiento físico y mental al que estuvieron sometidos.
El proyecto de la Bruja de Blair es sin duda una película que marcó la historia del cine. Nos transmite terror sin ni siquiera mostrar nunca a la bruja, el elemento terrorífico de la película. Esto me recuerda al ensayo de H.P Lovecraft, El horror sobrenatural en la literatura, donde, entre otras cosas, habla sobre el miedo a lo desconocido y a lo que no vemos (Fear Of The Unknown). Y aunque mucha gente opina que el filme no envejeció bien, yo siempre insisto en que hay que ponerlo en el contexto de la época. Con la aparición de Internet, las leyendas urbanas se extendían mucho más rápido, algo que los directores usaron a su favor. Además, El proyecto de la Bruja de Blair fue una renovación del género de metraje encontrado, algo muy novedoso y poco visto hasta la fecha (sólo Holocausto Caníbal había hecho algo parecido, y eso fue en los 80). El proyecto de la Bruja de Blair sirvió de influencia a cantidad de jóvenes directores independientes así como a producciones mayores como REC o Paranormal Activity.
Por último y como mera curiosidad, destacar que Daniel Myrick y Eduardo Sánchez presentaron la película para ser incluida como Cine Dogma (movimiento fílmico vanguardista del que hablaré en próximas publicaciones), pero Dogma 95 les dio la negativa ya que no cumplía una de las normas, no formar parte de ningún género (en este caso, terror).
Si os interesa saber más sobre esta magnifica cinta, os invito a echarle un ojo a estas páginas, en las que además cuentan curiosidades bastante interesantes de la película:
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