American Psycho: Diario de un psicópata americano
- Ángela Souto
- 11 nov 2019
- 13 Min. de lectura
Actualizado: 14 nov 2019
Hoy os hablaré de una película que baila entre el género de terror y el de humor negro: American Psycho, un filme estadounidense del 2000 coescrito y dirigido por Mary Harron, basado en la novela homónima de Bret Easton. En su reparto cuenta con actores de renombre como Christian Bale, Willem Dafoe, Jared Leto, Reese Witherspoon o Chloë Sevigny.
En la década de 1980, Patrick Bateman es un hombre exitoso y obsesionado por la competencia y por la perfección material, cuidando rigurosamente su estética y apariencia, identificador material del éxito social. Forma parte de la élite de los yuppies (acrónimo para young urban professional, en español "Joven Profesional Urbano", que es un término propio del inglés estadounidense para referirse a un miembro de la clase media alta entre 20 y 43 años de edad), grupo del que él reniega pues sus verdaderas motivaciones son más profundas y sólo pretende formar parte de ese grupo para integrarse en la sociedad. Sin embargo, ese deseo de sentirse integrado es una de las características de los yuppies. Además, en su círculo social, el exceso de drogas, el sexo y la vejación de las mujeres están a la orden del día. Se creen superiores no sólo al género opuesto, sino a todo el que tenga menos estatus social.
Antes de nada me gustaría destacar la intro de la película, ya que de manera muy elegante hace una comparación visual del arte culinario con la sangre y los asesinatos.
En este comentario me gustaría tocar varios aspectos que considero importantes de la película: la clara psicopatía de Patrick así como otros trastornos mentales que se manifiestan en él, la confusión de identidades, la confusión entre lo que es real y lo que no así como las diferentes teorías sobre el final de la película, guiños en la cinta y el verdadero propósito de ésta.
1. LA CLARA PSICOPATÍA DE PATRICK BATEMAN
Desde una de las primeras escenas ya vemos una tendencia psicópata en los comportamientos de Patrick cuando, por no aceptar tarjetas de crédito en un pub, Patrick insulta a la camarera y le dice que quiere apuñalarla hasta la muerte y después jugar con su sangre. Sin embargo, la camarera, que estaba de espaldas, se gira, actuando normal, y Patrick le sonríe. Esto nos hace pensar que Patrick sólo fantaseó con esta contestación. Además, esta escena está grabada apuntando al reflejo de Patrick en el espejo del club alternando con planos de Patrick directamente, jugando con esta dualidad de su persona.
La escena corta a una de las escenas más icónicas de la película: la rutina matutina de Patrick. Su apartamento es impoluto y elegante; predominan el blanco, el negro y el gris. Ahí se nos cuenta la meticulosa rutina de cuidado de imagen que lleva a cabo Patrick cada mañana, dejándonos claro una obsesión por el cuidado de la imagen desmesurada, producida, probablemente, por un trastorno de la personalidad narcisista así cómo trastorno obsesivo compulsivo, que se irá desarrollando a lo largo de la cinta, como, por ejemplo, en su obsesión por que los demás usen siempre posavasos. Mientras, de fondo, escuchamos un mónologo narrado por el propio Patrick Bateman (Christian Bale), pasando de explicar su rutina a explicar la falsedad y vacío de su identidad:
Existe la idea de que un tal Patrick Bateman es una especie de abstracción, porque yo no existo de verdad, sino solo como ente, como algo ilusorio. Y aunque pueda ocultarte mi mirada fría, si me das la mano notaras que mi carne roza la tuya e incluso tal vez intuyas que es probable que tengamos estilos de vida parecidos, pero yo sencillamente no estoy.
En la siguiente escena, Patrick nos cuenta como cree que su prometida está teniendo un romance con uno de sus amigos, pero le da igual. No es capaz de sentir ni amor ni afecto por la que es su pareja, pero finge tener una relación, para encajar. El fingir llevar una vida normal y tener emociones que no se tienen es algo que la mayoría de sociópatas hacen. También cuenta como él está teniendo un romance con la mejor amiga de Evelyn de manera que se nos transmite su falta de empatía.
Una escena que nos muestra la obsesión por la perfección y el cuidado de los más pequeños detalles es cuando en el trabajo, Patrick y sus compañeros presumen de sus tarjetas de presentación. El resultado no es sólo una escena que indica los claros problemas mentales de Patrick por su nerviosismo y enfado contenido al no ser el poseedor de la mejor tarjeta, sino también una escena cómica, al ver su reacción por algo tan vanal como una tarjeta de presentación.
Después de esta escena, Patrick comete su primer asesinato: el de un vagabundo y su perro. A lo largo de la película esta tendencia homicida se va agravando cada vez.
Su segundo asesinato es el de Paul Allen, una de las mejores escenas de la película. Logran mantener ese humor negro mientras asesina a unos de sus compañeros. Estéticamente, el rojo de la sangre de Paul rompe con la tranquilidad y elegancia del blanco del apartamento de Patrick, que acaba con la cara salpicada de sangre, pero el traje impoluto, gracias a su chubasquero. Luego de cometer el crimen, Patrick va al apartamento de Paul, empaqueta sus cosas en un par de maletas y graba un mensaje de voz en el contestador haciéndose pasar por él y diciendo que se va a Londres.
A la mañana siguiente, Patrick se encuentra con el detective Donald Kimball, que investiga la desaparición de Allen.
Para saciar sus impulsos psicópatas, Patrick se convierte en un asesino que mata y tortura a sus víctimas, principalmente mujeres, de múltiples y perturbadoras maneras. Primero, abusa física y sexualmente de dos prostitutas con lo que vemos que es una percha. Las chicas salen de su piso con claros indicios de maltrato. Durante las prácticas sexuales con ellas, que son grabadas en cámara por Patrick, vemos esa tendencia narcisista del protagonista, mientras se mira en el espejo haciendo gestos y poses. Más tarde, recoge a la misma prostituta, que se muestra reacia a marchar con él pero al final cede ante sus promesas y dinero. Se van al apartamento de Paul Allen, ahora de Patrick, que invita también a una vieja conocida suya. Después de drogar a ambas chicas, comienzan los juegos sexuales. Praticando sexo oral a la que es su conocida, comienza a mutilarla con los dientes. La prostituta ve todo y se escapa pero Bateman, con la cara manchada de sangre, la persigue con una motosierra. Aunque ella logra salir del apartamento nadie parece escuchar sus gritos de socorro, ni tampoco la motosierra de Patrick. Ella baja las escaleras corriendo pero Patrick le lanza la motosierra, que le atraviesa el cuerpo.
Más tarde Bateman invita también a su secretaria, la que está enamorada de él, a su apartamento. Mientras ella está sentada y mantienen una conversación, Patrick coge una pistola de clavos y, sin que ella se entere, la apunta a su cabeza, pero una llamada de la prometida de Patrick les interrumpe y ella se va. Esta escena es un claro ejemplo de como Patrick encuentra repudiable las conversaciones que mantiene con la mayoría de personas con las que entabla relación. No le interesa lo que los demás piensen, crean o sientan, sólo le interesa saciar sus impulsos psicópatas. También es curioso el hecho de que deje marchar a la que iba a ser su próxima víctima. La razón de esto puede ser que su secretaria ve más allá de él, más de lo que ven cualquiera de su círculo, incluída su prometida. Los sentimientos de ella son reales y reconoce a Patrick como un ser humano, un individuo, no una mera pieza más en el sistema.
Durante toda la película Patrick da señales de estas intenciones homicidas, pero nadie parece darse cuenta. Por ejemplo, en una fiesta, le confiesa a una modelo que está interesado en las muertes y ejecuciones (murders and executions). La chica confunde lo que dice con fusiones y adquisiciones bancarias (merger and acquisitions). Esto es un juego de palabras, ya que las pronunciaciones en inglés son similares, y entre el ruido de la discoteca se confunden. Otro ejemplo sería que, mientras come con su prometida, está dibujando a la prostituta atravesada por una motosierra que mató y le confiesa sus impulsos de asesinar, pero Evelyn parece no percatarse de ello, sin embargo si se da cuenta de la pulsera nueva que lleva su amiga. Es un gran contraste el hecho de que no se de cuenta del cádaver que su prometido esta dibujando en el mantel de la mesa así como de esas turbias confesiones pero que sí se de cuenta de un detalle tan pequeño y superficial como el de la pulsera. En esa misma escena, Patrick rompe con ella, de manera muy fría y poco empática, pero con toques humorísticos.
2. MIX DE INDENTIDADES
Paul había confundido a Patrick con otro de sus compañeros, Marcus. Patrick no se enfada, entiende la confusión, pues, como dice él, ambos llevan el mismo traje, las mismas gafas, tienen exactamente el mismo puesto y van al mismo barbero. Y aprovechando esta confusión se hace pasar por Marcus siempre que está con Paul Allen. Al final de la película el abogado de Bateman también lo confunde con otro de sus clientes. Durante toda la película la confusión de identidades es algo que está muy presente, ya sea entre los compañeros de Patrick, entre gente ajena al trabajo y Patrick o Patrick adoptando otra identidad. Incluso podemos llegar a pensar que el propio Patrick no es él. Esta mezcla de identidades es uno de los factores clave del filme.
3. TODO PUDO SER FICTICIO PERO A LA VEZ TODO PUDO SER REALIDAD
Durante el filme se nos mantiene en un limbo constante entre lo que es real y lo que no. Aunque al principio los asesinatos de Patrick se nos presentan como reales, al final de la película tenemos la duda de si fueron verdad, siendo la teoría más extendida la de que todo es fruto de su imaginación. Desde la primera escena con la camarera del pub ya notamos una ligera separación entre lo que está en la mente de Patrick y lo que es real, pero a medida que avanza la película esa línea se hace más difusa.
Cuando Patrick persigue a la prostituta con una motosierra ningún vecino parece escuchar nada, a pesar de los gritos y el ruido. También uno de sus conocidos lo ve metiendo una bolsa de viaje manchada de sangre, pero en lo único que se fija es en la marca de la bolsa. Durante el filme, Patrick confiese varias veces sus intenciones y sus actos psicópatas, pero nadie le hace caso. La mazmorra de los horrores que era el piso de Paul Allen aparece limpio y a la venta. Los cadáveres y restos han desaparecido, sólo está una agente inmobiliaria y las visitas del apartamento. Patrick, que se muestra nervioso y confundido, es invitado por la agente a marcharse de una manera muy extraña. Hacia el final, un cajero automático le pide a Patrick que le intoduzca un gato extraviado (obviamente fruto de su psicosis). A partir de ahí lo que vemos es una escena en la que Bateman dispara indiscriminadamente a gente y se enzarza en una persecución policial, que acaba en una gran explosión. Toda la escena es tan desorbitada que resulta cómica, y pronto nos damos cuenta de que lo más probable es que no sea real. Incluso la explosión, de lo exagerada que es, sorprende a Patrick, como si no la creyera. Escondido en su despacho y preso de un ataque de pánico, llama a su abogado y le confiesa todos sus crímenes, diciendo que ha matado entre 20 y 40 personas. Esta diferencia de número bastante amplia es otra pista que nos hace caer en la teoría de que los asesinatos no fueron reales. Al final, cuando acude a su abogado, éste, que le confunde con otro de sus clientes, le dice que Paul Allen está vivo y, justamente, en Londres.
Obviamente, con este final, lo primero que pensamos es que todo es parte de la imaginación de Bateman pero, en un mundo tan superficial que no se paran a ver más allá, puede que esos detalles que pensamos que nunca pasarían desapercibidos lo hagan. Es por eso que hay teorías que afirman que aunque sí hay cosas que pasaron en la mente de Patrick, otras sí fueron reales, como el primer asesinato, ya que nada indica que a que no lo fuese, o las numerosas confesiones de Bateman, que siempre se daban en situaciones en las que la otra persona no estaba prestando atención o había demasiado ruido. Cuando la agente inmobiliaria echa a Patrick del apartamento de Paul, lo hace de una manera muy extraña. Puede ser que los cuerpos sí estuvieran ahí y que la agencia decidiera deshacerse de ellos sin llamar la atención. Quizás parezca algo raro y hasta macabro, pero es Wall Street, y lo único que mueve a la gente es el dinero. Si se llega a saber la cantidad de cuerpos desmembrados y torturados que ocupaban el piso, lo más probable es que fuese imposible venderlo o hubiese que bajar mucho el precio.
Y, ¿qué pasa con el abogado? Es una de las razones por las que creemos que todo fue una fantasía, ya que le dice a Patrick que Paul Allen está vivo. Pero también confunde la identidad de Patrick, su cliente, con otro de sus clientes. Entonces, ¿no puede caber la posibilidad de que haya confundido también la identidad de Allen con alguno de sus otros clientes?
"Una cosa que creo que es un fracaso de mi parte", explicó Mary Harron, "es que todo el mundo sale de ver la película pensando que todo es una fantasía, y nunca quise eso... Creo que es un fallo mío en la última escena, al poner el énfasis de ésta mal, ya que debería haber dejado más abierto el final. Hace que parezca que todo estaba en su cabeza, y en lo que a mí respecta, no lo está." Bret Easton Ellis, el autor de la novela, dice "La película está bien, pero creo que mi libro es inadaptable, ya que trata la conciencia, y realmente no se puede grabar y plasmar esa susceptibilidad. Además, tienes que tomar una decisión, si Patrick Bateman mata o no a la gente", cosa que con el libro no pasa.
Por lo cual, a mi parecer, hay tres versiones:
Toda la película es real (lo que me parece poco probable)
Nada de la película es real (que tampoco me cuadra mucho) o, la que más me convence,
Que algunas cosas son reales, y otras no. Y, ¿por qué esta teoría es mi favorita? Pues, a parte de las “pruebas” que di antes, porque es un claro ejemplo de ensoñación excesiva y trastorno disociativo. Está claro que Patrick tenía fantasías homicidas, como se puede ver en su agenda, llena de dibujos macabros y grotescos. En cuanto cometió su primer asesinato, estas fantasías, que hacían que su día a día fuera más llevadero, fueron cobrando vida con más fuerza. Puede ser que sus asesinatos reales y sus asesinatos fantasiosos se confundan. Cuanto más avanza la película, más envuelto en una psicosis se ve. Durante el ataque de pánico y la llamada con su abogado, Patrick confiesa los asesinatos, que, según él, oscilan entre 20 y 40, una oscilación bastante amplia. Esto puede ser un indicio de que no es capaz de diferenciar sus asesinatos ficticios de sus asesinatos reales. Además, el no ser capaz de determinar un número más concreto de víctimas, el no ser capaz de acordarse con más precisión de algo tan importante como sus asesinatos, puede ser un síntoma de amnesia disociativa.
Otro detalle es que el inspector le insiste mucho a Bateman en que coartada tiene para la noche que desapareció Paul Allen. Obviamente Patrick le da largas, pero hacia el final de la película el inspector le dice que uno de sus compañeros, Marcus, afirma que estuvo con él y con otros compañeros esa noche. Bateman, que parece no acordarse, asiente, y dice que se le había olvidado. Pero, ¿realmente Patrick no mató a Paul y estaba con Marcus y sus otros colegas? ¿Cómo podemos fiarnos de esta coartada si las identidades no paran de confundirse a lo largo de la película? Lo más probable esque Marcus confudiera a Patrick con otro de sus compañeros.
4. GUIÑOS A LO LARGO DE LA PELÍCULA
El filme entra dentro del género de humor negro. Algunas de la escenas de asesinato más que resultar macabras resultan hasta cómicas. La manera en la que Patrick dice las cosas, por su falta de empatía, resulta graciosa: la manera en la que corta con su prometida, la manera en la que habla con sus compañeros, con desconocidos, mostrando repulsión y superioridad, así como sus pensamientos y como pierde interiormente los nervios por los más pequeños detalles. Además, hay diferentes bromas recurrentes, como la excusa que pone de “tengo que devolver unos vídeos” (I have to return some videotapes), que, a parte de que asociamos a las cintas pornográficas y de películas gore que pone en su televisor, parece que lo dice como si fuera lo más cercano que se le ocurre a lo que haría una persona normal. También las referencias musicales a artistas de los 80 son muy recurrentes en la película: Bateman está siempre escuchando alguna de sus cintas en su Discman, normalmente como forma de evadirse de lo que rodea, y antes de cometer actos homicidas o perturbadores les narra un monólogo a sus víctimas sobre alguno de esos artistas que tanto le gustan, de manera que hasta resulta pedante. Como ejemplo, si pincháis aquí os dirijo a uno de los monólogos que hace sobre Whitney Houston.
5. EL VERDADERO OBJETIVO DE LA NOVELA Y DE LA PELÍCULA:
Al igual que el libro en el que se basa, American Psycho no es realmente sobre Patrick Bateman. Más bien, el objetivo de la película es retratar a la auto-indulgente y hedonista élite de Wall Street de los años 80 en Nueva York, bajo una luz negativa.
La única razón por la que Bateman se sale con la suya con el asesinato de Paul Allen es porque Allen, como otros en la compañía, ni siquiera sabe quién es. Todo el mundo en este círculo elitista es tan egocéntrico y egoísta que ni siquiera pueden acordarse de la identidad del otro. Su atención se centra firmemente en la adquisición de riqueza material, el poder de los demás, y esnifar cocaína en los baños del club. Sus mayores problemas giran en torno a conseguir reservas para cenar en el restaurante más cotizado.
En una discusión de grupo con el locutor y periodista Charlie Rose (citada antes) el autor de American Psycho admitió que el libro es principalmente una crítica de la conducta masculina, algo que la directora Mary Harron reconoció desde el principio. Hoy en día, la película se analiza fácil y a menudo como un ejemplo de lo que puede suceder cuando la "mirada femenina" se proyecta en la vanidad masculina y, en este caso, la violencia masculina. Todos los personajes centrales son hombres, y muchas de las víctimas de Bateman son mujeres. Además, los hombres que tienen un papel en el filme tienen el cabello castaño y la mayoría de mujeres son rubias. Nos queda así más clara la dualidad entre los dos géneros, sobretodo visualmente. Y lo más importante, no hay absolutamente ninguna calidad redentora sobre Bateman. De hecho, no hay cualidades redentoras sobre ningún hombre en toda la película. Y es que aunque el psicópata aquí es Patrick, sus compañeros de trabajo llegaron a causarme la misma incomodidad con sus comentarios y comportamientos rancios y machistas. La película ejerce una gran crítica social sobre esta gente, que pueden permitirse llevar a cabo acciones y comentarios desagradables, así como salirse con la suya, todo gracias a su status social.
Me gustaría destacar el gran trabajo que hicieron las actrices y los actores dando vida a los personajes, pero especialmente destacar la increíble actuación de Christian Bale. La versatilidad del actor le permite dar vida a este sádico y estremecedor psicópata así como a uno de los justicieros más famosos del cómic y del cine en la trilogía del Caballero Oscuro. Es un papel tan realista que no se me ocurre nadie mejor para hacerlo: las expresiones, los gestos, el tono de la voz y como se le quiebra ante los detalles más imperceptibles... todo esto sin perder ese humor característico del filme. De hecho, la mayoría de veces es la actuación de Bale la que nos proporciona esa comicidad que hace que lo absurdo rompa con lo serio. Además, el actor decidió inspirarse en Tom Cruise como base para montar el personaje de Patrick Bateman.
Y como último, la banda sonora, compuesta por el músico John Cale y formada por varias elegantes y exquisitas piezas de música clásica que consiguen transmitir el mundo interior de Patrick Bateman.
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