Cronenberg y el body horror en Videodrome
- Ángela Souto
- 29 sept 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 30 sept 2019
En esta siguiente entrada voy a hablaros de Videodrome, una película de ciencia ficción y body horror de 1983 dirigida por David Cronenberg y protagonizada por James Woods, Sonja Smith y Debbie Harry (la famosa cantante de Blondie). La trama se desarrolla en Toronto, en los 80. Max Renn, presidente de una estación televisiva de Toronto especializada en programación sensacionalista, no está conforme con la programación actual de su estación (principalmente pornografía y violencia gratuita) y busca algo que llegue a una nueva audiencia. Una mañana, lo convocan a la oficina clandestina de uno de los técnicos, que puede interceptar transmisiones desde lugares tan lejanos como Asia. Éste le muestra a Renn Videodrome, un programa de televisión transmitido desde Malasia que muestra la brutal tortura y el eventual asesinato de víctimas anónimas. Creyendo que este es el futuro de la televisión, Max ordena que se comience a usar el programa sin licencia. A partir de ahí, Max empieza a experimentar una serie de alucinaciones que lo llevarán a descubrir el motivo de éstas y en consecuencia, el verdadero motivo detrás de Videodrome.
El body horror (horror corporal), género caracterizado por las deformaciones corporales de manera grotesca, visceral y visual, es sello personal de Cronenberg. Precisamente, este director es conocido por este tipo de películas, en las que combina una trama intensa y generalmente desagradable con una estética visual semejante: desagradable, incómoda y asquerosa para la mayoría. Por ejemplo, en La mosca el protagonista descubre que se ha fusionado accidentalmente con una mosca y va mutando poco a poco en un monstruo híbrido de insecto y humano. En Crash, una pareja fuerza accidentes de coche para luego mantener relaciones sexuales, ya que encuentran la excitación en las heridas, las amputaciones y los accidentes de tráfico en general. En Videodrome tocan el tema de las películas snuff (películas donde se tortura de múltiples maneras, viola y/o mata a víctimas reales) así como de las conspiraciones socio-políticas, todo bañado de esa estética grotesca que mezcla el sufrimiento con el placer y las mutaciones corporales.
Para entender un poco más esta película, así como la filmografía de Cronenberg, hay que entender el body horror. Este subgénero nace de la mezcla de ciencia ficción con el cine de terror y tiene estrecha relación con el gore. Se refiere a todo lo que incluye transformaciones, mutaciones, mutilaciones, metamorfosis, torturas y hasta la destrucción del cuerpo humano. No hay límites en las alteraciones corporales. Sin embargo, estas degeneraciones tienen justificación y una razón de ser. Van con la trama. Y es todo lo que tenga que ver con esas deformaciones y con la enfermedad, los virus, las enfermedades mentales y sus consecuencias físicas lo que conforma la temática de la obra del director. Esta obsesión por lo desagradable se convirtió en el aspecto más reconocible y famoso del cineasta, que expresa con sus películas la voluntad de eliminar el rechazo constante que el ser humano ha tenido hacia lo carnal. Para él, cuerpo y alma van de la mano, y el cerebro no es más que otro órgano con las mismas posibilidades de metamorfosis y cambio.
Otra parte muy importante del cine de Cronenberg es la Nueva carne. Y es justamente en Videodrome donde acuña este término, en la famosa escena de Long live the new flesh (larga vida a la nueva carne). Es la fusión de tecnología y cuerpo, donde el director refleja su idea de que la tecnología es una prolongación más del ser humano. Referenciando un poco la anterior publicación, esto recuerda a una de las escenas finales de Akira, donde uno de los personajes sufre una mutación visceral mezclando carne y elementos tecnológicos. Volviendo a Cronenberg, el cineasta une también esto con el fetichismo hacia objetos (el incluir objetos cotidianos en las prácticas sexuales) como podemos ver en Crash o en The Naked lunch (donde sexualiza máquinas de escribir). Y es que el despertar sexual y su experimentación son temas que Cronenberg siempre aborda en sus películas. Para él, el sexo va más allá que la mera reproducción, por eso la importancia de la evolución de los comportamientos sexuales. Y esta evolución va de la mano de la evolución del ser humano; el liberarse de las ataduras de la sociedad y del mundo cotidiano para abrazar nuestra verdadera identidad. Y para eso, Cronenberg utiliza la enfermedad. Cuando ésta aparece, el organismo se rebela y reaviva los instintos primarios (sexuales y violentos) de los personajes, quienes recuperan así su identidad. Para que esto ocurra, muchas veces se necesitan agentes externos como drogas, parásitos, técnicas terapéuticas o emisiones de rayos cancerígenas (como en el caso de Videodrome) que despiertan estos instintos. De hecho, en Videodrome, parte de la trama gira entorno a ese despertar sexual mediante prácticas violentas a raíz de la transmisión de Videodrome.
Como ya bien dije, la estética de Videodrome es violenta y desagradable, pero también es sugerente. Y parte de la conformación de esta estética es la utilización de los colores, donde destacamos los tonos apagados y sombríos (grises, tonos tierra, etc), contrastando con el azul de la ciudad y de la luz emitida por la televisión. Estos tonos a su vez contrastan también con el rojo de los elementos viscerales, pero sobretodo con el rojo vivo de la sala de Videodrome y con el de la estética de Nicki Brand. Nicki viste de rojo, así como lo son su maquillaje y algunos de sus complementos, siendo la mayor exponente de sensualidad, feminidad y pasión en la película, acompañando y guiando a Max por el mundo del sadomasoquismo.
Una característica primordial de Cronenberg es la abstracción, predominante a lo largo de su extensa filmografía. En sus películas suele tratar temáticas muy similares, lo que las convierte en obras de ideas más que de personajes. Lo que el director quiere es plantar en la mente del espectador un conflicto intelectual, resultando en finales confusos y abiertos a múltiples interpretaciones. Y estos temas los solemos observar a través de un único punto de vista, que corresponde al de los protagonistas. La realidad objetiva y la subjetiva se confunden, haciendo que los espectadores se sumerjan por completo en un universo surrealista. En Videodrome todo lo vemos desde los ojos de Max, quien al sufrir alucinaciones borra la línea que separa la realidad objetiva de la subjetiva, mezclándolas y dando lugar a que nosotros sintamos esa confusión que él siente.
Por último, me gustaría destacar la banda sonora de la película, compuesta por Howard Shore, que realizó la mayoría de las bandas sonoras de los filmes de Cronenberg. Para las grabaciones, Shore utilizó música de orquesta a la que le iba incorporando elementos instrumentales electrónicos, que fue enfatizando progresivamente, mediante el uso de sintetizadores. Así lo compuso como manera de seguir paralelamente la inmersión de Max en sus alucinaciones. El resultado son piezas musicales dramáticas y tensas con sonidos tanto graves como agudos chirriantes, que ayudan a ambientar la película y nos acompañan durante el descenso a la locura del protagonista.
Os dejo aquí con el trailer original de la cinta, que me parece también una obra de arte. Combina escenas de la película con una animación muy retro y expresamente echa para promocionar el filme, mientras escuchamos al narrador y de fondo una melodía techno rock ochentera. Personalmente creo que es uno de los mejores trailers que he visto, ya que todos los elementos casan a la perfección con la estética de la película pero a la vez crean una propia.
También os dejo un par de páginas que explican muy bien y más extensamente a Cronenberg y al body horror:
¡Gracias por leerme y hasta la próxima publicación!
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